miércoles, 11 de febrero de 2009

Mónica Beatriz Algarbe

Mónica Beatriz Algarbe nació un 22 de mayo de 1973, en la ciudad de San Luis, Capital, Republica Argentina. Actualmente reside en Juan Koslay (El Chorrillo) a 10 kilómetros de su ciudad natal, bien pegadita a las sierras Puntanas.
Es Licenciada en Comunicación Social, graduada en la Universidad Nacional de Córdoba. Trabaja de docente en lengua y en comunicación. Poetisa y escritora. Tiene escritos 3 libros inéditos: Chiapas y su cosmovisión (año 1997); Que orgullo que me da, libro de compilación de obras de autores puntanos (año 2004); y Una aproximación a los orígenes de los medios de comunicación en la ciudad de San Luis, desde la historia oral (año 2005), estos 2 últimos en coautora a su compañero de la vida, el poeta Luis Vilchez.
También desde 1999 forma parte del proyecto de Revista Cultural (Guturalmente Hablando) El Viento (idea y dirección) Publicación que tiene como objetivo difundir la obra de artistas inéditos. Luego esta revista es ganadora del Primer Concurso Nacional de publicaciones callejeras "contalo vos", organizado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación Argentina, año 2007. Salieron hasta la fecha 30 números.
Es integrante del proyecto literario La Sopapa Literaria, Revista de Poesía Periodística, año 2005. Salieron hasta la fecha 5 números.
Actualmente goza de una beca de estudios otorgada por la Universidad Nacional de Madres de Plaza de Mayo (Territorio Madres).
Tenaz y perseverante en encaminar proyectos culturales y sociales, trashuma el país difundiendo sus obras y la de tantos escritores anónimos de su país.

EDITORIAL

¿Será que no nacimos para ser felices? ¿Será que estamos condenados por la naturaleza, que después de haberla maltratado, hoy nos esta devolviendo con creces su furia?
Parece ser que no hay solución para que la humanidad siga adelante. Como si nos hubiera cubierto una oscura nube, que no nos deja ver otra vez el horizonte. Como si alguien quisiera asomar la cabeza y muchos otros la vuelven a aplastar.
Todos caminando de la mano o en fila india hacia una gran moledora de carne, como aquella legendaria escena de The Wall, pero en el lugar de la moledora, un gran Shooping Center, donde todos dejan su esfuerzo mensual para, luego, alcanzar el status necesario para ser parte del gran “circo social”.
Pero si no sos parte te convertís en un nadador experto en ir contra la corriente.
Deberíamos sacarnos esa idea fatalista de que nada puede ser cambiado. Esa ideología inmovilizante que amenaza al mundo entero. Como dice el maestro Paulo Freire: “El mundo se salva si todos, en términos políticos, peleamos para salvarlo”.
Será (entonces) que es tan difícil concentrarse en nuestro “ser”, que lo único que importa en este mundo es el “tener”. No importa que arrasemos con el planeta entero, con tal de conseguir dinero y poder.
En este número veinticuatro de EL VIENTO coincidimos en no dar una lección de vida sino, como siempre, encontrar un lugar distinto de todos los que nos proponen, donde podamos reflexionar acerca de nuestra manera de ver la vida.
Cambiar algunas cosas parece imposible, pero sí es posible crear conciencia de que esta sociedad, así planteada, no funciona.
Sería bueno buscar el cambio. Y encontrarlo.

(Editorial extraída de la Revista Cultural Latinoamericana EL VIENTO, año 9 - número 24 - enero-febrero de 2008)

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