Séptima Comunión Literaria. Recibida el 30 de julio de 2008.
Mottura, Enzo.
Testimonio
Exhortación y Propósito (literatura oral)
Quizás te despertás muy de mañana y el comprobar que respirás no representa para nada un hecho relevante. Quizás tuviste ese sueño otra vez, quizás vuelva de nuevo aquel viejo dolor en el pecho…
Desayunas hambre, y con el hambre te tragás también el miedo. Ese miedo que se te queda en la boca del estomago, el mismo miedo que te aprieta los dientes y te cierra los labios.
Quizás es hora de otro cigarrillo, inhalás y exhalás casi treinta veces por minuto sin darle a ese gesto ningún significado preciso.
Afuera, en la calle, el mundo no parece tan distinto. Treinta, cincuenta, cien, mil, un millón de rutinas internalizadas moviendo las piezas de un juego que tal vez para vos ya esté perdido de antemano.
Nos hemos convertido poco a poco en autómatas, y en ese automatismo somos terriblemente antropófagos. ¿No sentís como que te consumen? Que tu tiempo ya no es tuyo, ¿no ves como te obliga a obedecer el mandatario?
Recuerdo un colectivo repleto de gente, y el colectivero girando la cabeza y gritando al mismo tiempo: ¡Para atrás, que en el fondo hay mas lugar! Si, pero en este fondo hay también nuevos lugares, y todavía queda una pregunta vieja.
¿Fue tan malo el juego que quisieron jugar los que no están, fue tan malo como para no continuarlo?
La respuesta para muchos, fue siempre más de lo mismo.
Lo que quiero decir es que todo juego es político, se trata de elegir qué juego jugar, cómo, por qué, para qué, con quién jugarlo. Se trata también de inventar nuevos juegos. Un lugar en el cual buscando nos encontremos con el otro, también buscando y al encontrarnos, y al buscarnos, nos encontremos con los otros, con todos los otros que somos.
Un gran poeta de la oralidad. Enzo, poetisando en el Colegio Industrial del Barrio El Lince. San Luis, año 2008.
Editorial Papeles de Buenos Aires
Colección: La Pluma y la Palabra
Libro Número 7: Región Gris.
Reisin, Felipe.
Declaración Jurada
Alguien, escondido entre las sombras del desencanto, me alcanza un mar de sangre a los brazos. La roja coloratura me envuelve en su manto coagulante, me marea, me enrosca, me arrastra a su vórtice, me introduce en su ámbito de infierno. Ennegrecido por el espanto recorro los túneles blancos, salpicado por esa especie musgosa. No logro vislumbrar la salida del negro boquete en que unos hermanos encerraron a otros; la cárcel donde me han hundido me aqueja de hambre. Paso de un estado a otro: del frío al calor, de la espuma al mar tranquilo, del agua salobre al río que asecha en la desembocadura de este mar. Y allí, en el fondo del remanso que busco, corre un hilo de sangre, gotea un pedazo de carne humana refundido en maquina extraña.
Es una alegoría del mismo hombre que fui yo y que quise recordarme.
Fuente: Libro LAS HOJAS. Compilación de Testimonios, notas, poemas, cuentos, crónicas varias, de escritores de la década del 60 y 70 que publicaron en la Editorial Papeles de Buenos Aires, Ediciones La Pluma y La Palabra dirigida por el poeta Roberto Santoro y escritores que han publicado en la Revista Cultural Latinoamericana (Guturalmente hablando) El Viento dirigida por la escritora Mónica Algarbe y el poeta Luis Vilchez. Año 2010. Colección: Libros de la calle.
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